La Lactancia es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la etapa vital de la maternidad. Las dificultades que pueden surgir y las dudas sobre si se será o no capaz de amamantar al bebé no desaparecen de la cabeza de las madres en todo el proceso de embarazo. De hecho, tras el parto, aunque todo haya ido aparentemente bien con las primeras tomas, la situación se puede complicar y las mamás pueden verse en la obligación de interrumpir la lactancia por problemas habituales como la mastitis.
Así lo cuentan María y Fidel en este capítulo de ‘Mamá, maravillosa maternidad’, en el que comparten con nosotros la emoción de traer al mundo a su hija y los miedos que les acompañaron durante los 9 meses de gestación y las semanas posteriores al parto. María se sincera y asegura que, pese a su ilusión por dar el pecho a su pequeña, la realidad fue dura y, en algunos momentos, se planteó la posibilidad de abandonar ese sueño que, para ella y su marido, era darle leche materna a su bebé.
Pese a que la primera experiencia con las tomas fue muy buena, ya que la niña se puso sin ayuda en la posición correcta y no pareció costarle comer, las siguientes se complicaron. El cansancio del parto y los llantos de la niña hicieron que tanto María como Fidel pensasen en optar por la leche en fórmula para las primeras noches, simple y llanamente para poder descansar. Según confiesa María, la niña lloraba cada media hora, pidiendo comida, y eso impedía que pudiesen conciliar el sueño un solo momento. La desesperación se apoderaba de ellos.
Sin embargo, la ayuda de una enfermera y sus consejos fueron el aliciente necesario para que decidiesen no rendirse y continuar su objetivo principal. Con el tiempo, cuenta María, han agradecido la paciencia de la enfermera y sus consejos, ya que han podido seguir con su idea original de dar el pecho a su niña.
Nuestra experta Lola responde a este testimonio asegurando que los pensamientos negativos que acechaban a María y Fidel son comunes y normales y que, además, la lactancia no es fácil. Es muy buena para los bebés, pero no es un camino de rosas. Pueden aparecer grietas, problemas de enganche, que la niña demande muy a menudo… algo parecido a lo que vivieron nuestros protagonistas.
Una reflexión importante que Lola quiere recalcar es que los bebés han estado 9 meses acompañados por su madre, siendo totalmente independientes para comer o dormir. Se sentían acunados, acariciados, protegidos y conocían el mundo en el que estaban. Pasado ese tiempo, llega el momento de conocer a sus padres. Un momento que, para ellos, es difícil y lleno de miedo porque no saben lo que se van a encontrar. Por eso, hay que darles tiempo para que se adapten y vayan conociendo el nuevo mundo que les rodea.
Un consejo muy útil, dice Lola, es acudir a talleres. Estos tienen un importante papel en la lactancia materna, son una guía para padres y futuros padres. Allí, mamás y papás se encuentran como si fuesen uno más y son capaces de adquirir herramientas para poder superar cada una de las etapas con las que se pueden encontrar en el proceso.
‘Mamá, maravillosa maternidad’ 19