En nuestro cuarto programa de ‘Sanará Mañana’ nos ha acompañado Iván Ortega, enfermero de urgencias y emergencias, docente, investigador, y Doctor Internacional en Ciencias de la Salud por la Universidad de Alcalá.
Con Iván hemos compartido una entrevista muy interesante y muy enfermera. Nos ha hablado de los motivos que le llevaron a Canadá a realizar sus tesis doctoral, esa cuyas conclusiones a día de hoy la American Heart Association y el Consejo Europeo de Resucitación tienen en cuenta a la hora de hacer sus recomendaciones a nivel internacional.
Una tesis que consiste en el análisis internacional de las estrategias de reanimación con circulación extracorpórea (ECMO) ante una parada cardíaca y la donación de órganos tras muerte circulatoria. Sus conclusiones han tenido un fuerte impacto internacional
Como experto en bioética, urgencias y donación de órganos, nos hablado largo y tendido de los recursos y pasos que se seguían, y de los que se siguen ahora, cuando una persona sufre un paro cardíaco fuera del hospital y cuando se plantea la opción de la donación cadavérica si ese paciente no sobrevive. La delgada línea roja entre el paciente y el potencial donante.
Sus dilemas propios éticos y morales, como persona, como enfermero, como profesor de ética y legislación, y el conocer los procedimientos, reglas y técnicas empleados en otros países, le llevaron a plantearse una investigación dura, exhaustiva y necesaria durante varios años en Canadá. Con ella desarrolló la priorización de técnicas dentro de unos límites, con la que recuperar más pacientes y mejorar también la calidad de los órganos obtenidos para la donación. Los resultados de esa tesis son reconocidos y aplicados a nivel mundial actualmente.
“Las preguntas surgen desde la calle, y junto a paciente y familia, para llevarlas al laboratorio de investigación. A mí las preguntas se me generan en cada guardia. Yo tengo perfil asistencial pero también docente. Esto se mezclaba con que yo estaba dando contenidos de ética y legislación en el grado de la enfermería y los límites al final de la vida, el cuidado al final de la vida, la cuestión de donde termina la vida, la declaración de la muerte… la determinación de cadáver para ser donante. Me planteo en un momento dado, a esto le puedo dar forma de investigación”.
Nos ha contado que su experiencia ha sido inesperada, una suerte, un aprendizaje tremendo y un orgullo, con las publicaciones obtenidas que incluso les solicitaron, las recomendaciones que se realizan a nivel internacional según sus resultados… Nos contaba que ver que iban en la misma línea que la mejor evidencia internacional, pues ha sido la mejor recompensa.
También entre recuerdos, anécdotas, explicaciones y nuestras secciones (en “Sin Fronteras” hemos escuchado la intervención de una oyente desde Londres,) nos ha contado que no todo ha sido fácil, y sobre todo ha querido dar un empujón y un mensaje de ánimo a todas las enfermeras que quieran o se planteen investigar porque “podemos formarnos para investigar y conseguir hacer cambiar las cosas”.